4.7.12


Perú sí que sabe de sabores


Hemos vuelto de un delicioso viaje gastronómico por Lima, llenas de nostalgia y  admiración por un pueblo orgulloso de su historia milenaria y de su tradición culinaria.  Habíamos organizado este viaje con mucha anticipación y trazado una ruta de restoranes, sitios gastronómicos y productos que teníamos que conocer sí o sí. Pero Lima nos sorprendería más aún y la oferta de cosas ricas era tan, pero tan amplia e interesante que nos tentamos muchísimo más de lo que esperábamos.



Astrid y Gastón

Lo imperdible de lo imperdible: “Astrid y Gastón” (Cantuarias 175, Miraflores, Lima, Perú), considerado uno de los mejores restoranes de Latinoamérica, por esas maravillosas coincidencias, estaba ubicado a sólo tres cuadras de nuestro hotel.  Entramos ilusionadas, pero sin reserva, no obstante, ese pequeño inconveniente se vio solucionado rápidamente por la recepcionista, quien, con una amabilidad increíble nos instaló en la barra, donde nos prepararon unos deliciosos y novedosos  piscos sour en base a macerados de frutas y de hierbas, refrescantes, frutosos, herbales, en fin, sorprendentes. A continuación pedimos nuestros platos: Maripaz un atún sellado sobre risotto de quinua y una salsa deliciosa, la Carito  un pescado blanco sobre un risotto de arroz, espárragos y alcachofas y yo un pollito de grano con papitas y hongos. Los ingredientes eran simples, pero las marinadas, las hierbas, las salsas estaban simplemente extraordinarias.  Gastón Acurio se merece la fama que posee.

Observamos que en la cocina trabajan al menos 12 personas, y la atención es amable, informada e impecable.



Al día siguiente volvimos para el almuerzo: Apenas nos sentamos a la mesa un cocinero se acercó a explicarnos la carta con amabilidad y sencillez y nos ofreció una panera con los pancitos más deliciosos que hemos comido en toda nuestra vida. Pancitos de papa, brioches de rocoto que no estaban picantes, pancitos de camote, delgadísimos y crocantes grissinis decorados con quínoa aplacaron rápidamente el hambre, que era mucha.






La Carito pidió un platillo de degustación con tres bocados distintos: ají rocoto relleno de cochinillo que se deshacía en la boca, papa rellena con espuma de alcachofas,  y  tamalito verde con cordero. La  Maripaz, cansada de tanto exotismo pidió que le prepararan un ceviche a la usanza clásica, a lo cual accedieron encantados y yo me entusiasmé con  algo que jamás habría probado en otro restorán: un curry vegetariano de papas andinas, verduras varias, granos de trigo, porotos, sandía, acompañado de un salteado de quínoa, brotes de alfalfa y huacatay, que de curry tan solo tenía el nombre, como bien ya lo advertía la carta, pues si bien no lo era, evocaba ese plato tailandés con su suave salsa de ají rocoto y sus exóticas hierbas y especias. El resultado, extraordinario. De postre, varias texturas de un fruto rojo de la región, cuyo nombre no recuerdo, acompañado de perlas de  tapioca y suave salsa de coco. No les he contado que el restorán está instalado en una casa de principios del siglo XX o finales del XIX, no recuerdo bien. En él encontrarán toda la sencillez y elegante austeridad que permite disfrutar de una excelente comida, nada de adornos extravagantes ni lujos europeos, Gastón está orgulloso de la historia de su país y no intenta disfrazarla de ultramarinas influencias. Excelente concepto de restorán, sorprendente, gran ejemplo.



Mercado Gastronómico en el centro histórico:


Después de visitar la Catedral y el Convento de San Francisco, tesoro histórico muy bien conservado que atestigua la vida conventual en la capital de ese virreinato durante el siglo XVII y siguientes, nos dispusimos a hacer un recorrido por las calles del centro de la capital peruana, donde nos encontramos con un encantador Mercado Gastronómico que suele instalarse los sábados, domingos y festivos. Me encantó el cartel que, tras anunciar los productos en venta, invitaba a los lugareños a disfrutar de una rica comida a precios muy convenientes con un amigable “¡Aprovecha limeño!”




Nosotras, aunque sin ser limeñas, nos paseamos por los puestecitos atendidos por expertos en el oficio de la cocina: mujeres y hombres, impecablemente vestidos con sus albos delantales, gorros y guantes de cocina. Ahí conocimos, aunque no probamos los platos típicos peruanos: carapulcra, seco decabrito, chanfainita, tacu- tacu, pachamamanca, picante de cuy, sarza de patitas, y las infaltables delicias: alfajores con manjar, suspiro de limeña, arroz con leche, arroz zambito, maicillo, mazamorra morada,  dulce de frejoles y anís, dulce de aguaymanto, y unos maravillosos picarones con almíbar a los cuales no pudimos resistirnos.  Esas, y otras más, eran las sabrosas tentaciones que los limeños podían disfrutar cómodamente instalados en impecables mesitas y a precios muy económicos. Pero  teníamos cita para almorzar en la cevichería La Mar, hacia donde encaminamos nuestros pasos.








Cebichería La Mar

(Av. La Mar 770. Miraflores. Lima. Perú)




Otro de los famosos restoranes de Gastón Acurio, esta cevichería, que está muy de moda, nos encantó, con su ambiente lleno de vida, moderna ambientación y música alegre y juvenil. Nos instalamos en la barra, pues podríamos haber esperado una hora antes de que una mesa se desocupara, y  esta vez nos atrevimos con unos ceviches bien exóticos en base a pescados blancos, pulpo a la parrilla, jugo de maracuyá y de otras frutas y hierbas exóticas como el huacatay, cuyo sabor me recordó muchísimo a la ruda.  De postre nos repetimos el plato: picarones con salsa de chancaca y anís, lo mejor.




Restorán Saqra

(La Paz 646. Miraflores. Lima. Perú)


Justo frente a nuestro hotel estaba este estupendo, sofisticado y acogedor restorán. La Maripaz pidió risotto de queso roquefort y la Caro y yo compartimos un tiradito de un delicioso y fresco pescado blanco cuyo nombre no recuerdo, con azúcar caramelizada y unas lindas causitas limeñas con pulpo a la parrilla y salsas misteriosamente aromáticas y sabrosísimas.





Pescados capitales Cebichería

(La Mar 1337. Miraflores. Lima. Perú)



Otra cevichería de moda que estaba en nuestra ruta gastronómica, era “Pescados Capitales” también tiene ese aire de lugar relajado frente al mar, aunque no lo está tanto, que se ha puesto de moda en Lima. Esta vez pedí un plato que me tenía muy intrigada: tacu tacu de pallares con pescado del día, en este caso una fresquísima lisa y motivé las risas del mozo cuando, sin acordarme del todo del nombre de lo que quería comer le dije: “Yo quiero ese tucu taca de porotos de que tanto me han hablado…” La Maripazy la Caro, ambas fans de los ceviches probaron más de uno y quedaron encantadas.  El tacu tacu es algo así como una hamburguesa alargada de porotos pallares y arroz  recocido, sabrosa aunque muy poco sofisticada que, no obstante, combinada muy bien con la glamorosa lisa. De postre, canutones de tuile de miel rellenos con mousse de maracuyá, exquisitos.






Parque Kennedy de Miraflores


El Domingo por la noche nos dispusimos a recorrer el barrio de Miraflores donde estábamos alojadas. El barrio estaba lleno de vida, y hasta la Municipalidad estaba con sus puertas abiertas y nos invitaba a entrar a conocer el elegante edificio. La gente salía de Misa de la Catedral de Miraflores y se dirigía a la feria artesanal que se instala en el Parque Kennedy de Miraflores, el parque central de Miraflores. Recorrimos los puestos de artesanía comprando regalitos para la familia y de repente nos fijamos en una larga cola frente a un carrito muy bien puesto que anunciaba “Dulces limeños Anita” Parecía como si todos a esa hora del atardecer quisieran comer algo dulce pues tuvimos que esperar mucho antes de poder disfrutar de aquello que a los limeños les fascina: los dulces. Con la Carito pedimos arroz con leche, mazamorra morada y arroz zambito (arroz con leche evaporada, miel de chancaca, canela, clavo de olor y pasas, sabrosísimo), todo en una misma copa, bañado con leche condensada y canela, y la Maripaz, por su parte,  prefirió el tradicional Suspiro de Limeña. 




 

Otras delicias populares


Tentadas nos vimos de probar los bocados que se ofrecían en la calle en los numerosos carritos con comidas para nosotros exóticas, como, por ejemplo, choclo con queso, que no es, como yo habría imaginado, choclo con queso derretido, sino, choclo con un trozo de queso fresco. También quisimos probar las famosas tejas y chocotejas de la señora Buendía, una buena opción para los muy dulceros, pues estos bocaditos típicos rellenos de manjar sólido, nueces y frutos secos, tradicionalmente bañados en fondant de azúcar y hoy también en chocolate, son muy, pero muy dulces. Las que más me gustaron son las de limón confitado relleno de manjar.










El Mercado de Miraflores es muy interesante, y me llamó mucho la atención  un puesto de todo tipo de cosas frescas provenientes de la selva, donde pude conocer las vainas de cacao, papitas andinas de las más variadas formas y colores, y algo verdaderamente sorprendente y repugnante: los suri, unos gusanos gordos que muchos limeños comen con mucho gusto. Les recomiendo tomar un delicioso jugo de frutas frescas por un precio bajísimo y donde “la yapita” es nada menos que otro vaso igual de grande que el primero.



Reflexión final y añoranzas

Nos fascinó Lima, con su gente amable, sus taxistas que hablan bien el español y conocen la historia de su país y los atractivos de su ciudad, su gente sencilla y gozadora, sus museos y monumentos bien conservados, sus hoteles 4 estrellas impecables, su comida típica sabrosa y sus restoranes que han hecho de la cocina un arte mayor. Nos atrevemos a aventurar que esto es el fruto del orgullo ancestral del peruano, quien, ya sea de origen indio, mestizo o europeo conoce muy bien sus raíces y su historia, y se honra de pertenecer a un país que cuenta con siglos y siglos de civilización y  de refinamiento cultural y artístico.









2 comentarios:

  1. Maravilloso!! Gracias por compartir esta experiencia y por la manera entretenida de contarla. Felicitaciones por las fotos.

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  2. Uhmmm, que cantidad de cosas ricas!!
    Se nos hizo la boca agua jjj, los platos se ven deliciosos. También nos gusta mucho la sazón de los peruanos, gracias a ellos los cubanos que vivimos en Chile podemos disfrutar de algunos de nuestros platos típicos.
    Nos gustó mucho la presentación impecable del blog.
    Continuaremos visitando este lugar.
    Felicitaciones!!
    Leo y Bell
    http://leo-artesano.blogspot.com/

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